La Vitamina D es fundamental para que nuestro cuerpo asimile el calcio y el fósforo. Por lo tanto, es necesaria para evitar afecciones como la osteoporosis o el raquitismo. Además de asimilar estos minerales, la Vitamina D es vital para nuestro sistema nervioso, el muscular y para el inmunitario, del que hoy hablaremos.
Esta vitamina debidamente sintetizada, sirve como refuerzo del sistema inmunitario, ya que consigue que los glóbulos blancos “maduren” antes. Por esta razón es tan beneficiosa cuando hablamos de procesos de infección por hongos, bacterias o virus.
¿Cómo se sintetiza la Vitamina D?
Principalmente mediante el sol. No se trata de exponerse de manera desmesurada al astro rey todos los días, sino de pasar entre 10 y 20 minutos diarios, paseando, leyendo o simplemente sin hacer nada bajo el sol.
El uso de cremas protectoras con altos factores de protección ha hecho que, de forma generalizada, la población de países como España o Italia, donde el sol brilla casi a diario tenga déficits de Vitamina D, mientras que, en países nórdicos, donde el sol escasea, los niveles de Vitamina D están correctos.
La causa es sencilla, estos países están acostumbrados a suplementarse, ya que el sol no brilla cada día.
Nivel óptimo de Vitamina
Mantener un nivel óptimo de Vitaminas en nuestro organismo viviendo en España no es complicado. Solo hay que procurarse una buena alimentación que incluya pescado azul, huevos, aguacates y lácteos.
Una exposición solar diaria corta, controlada y variada (tomar el sol en una parte del cuerpo diferente cada día, para evitar el envejecimiento prematuro de la piel), es la clave para que nuestro cuerpo aproveche toda la Vitamina D.
Si por cualquier razón necesitas suplementarte con Vitamina D acude a un profesional de la salud. Te indicarán la forma correcta de hacerlo para que tu sistema inmune mantenga a raya las posibles infecciones.
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